RESUMEN
Durante largo tiempo se ha mantenido en relativo
silencio el debate de lo que la medicina comple-
mentaria y alternativa puede ofrecer a la práctica
de la llamada medicina occidental o convencio-
nal. En este artículo exploramos tres aspectos: la
visión de la medicina occidental sobre la medici-
na alternativa y complementaria; la visión deesta
última sobre el futuro de la medicina, y el espacio
que tiene en la prestación de servicios de salud
dentro de la seguridad social. La discusión de es-
tos aspectos y su extrapolación a la situación de
presión económica que enfrentan nuestros sis-
temasdeseguridadsocial,orientanabuscaralter-
nativas costo-efectivas que nos permitan cumplir
con la misión de cubrir a las poblaciones dere-
chohabientes con servicios de calidad. Es enton-
ces necesario establecer políticas institucionales
que fomenten los siguientes aspectos: 1. Incluir en
el currículo de las escuelas de medicina, las tera-
pias de la medicina complementaria y alternativa.
2. Incorporar las terapias de esta modalidad pro-
badamente efectivas. 3. Establecer los meca-
nismos para que sean introducidas dentro de la
práctica de la medicina convencional. 4. Conven-
cer a la población usuaria de informar a sus mé-
dicos sobre la utilización de terapias de medicina
alternativa y complementaria.
Introducción
Si bien durante largo tiempo se ha mantenido
en relativo silencio el debate de lo que la medi-
cina complementaria o alternativa puede ofre-
cer a la práctica de la llamada medicina occidental
o convencional, en nuestros días esta situación
no es sostenible por al menos dos razones. La
primera es que ya no se puede considerar a la
medicina complementaria y alternativa como
periférica o marginal. Esto es claro, como lo ma-
nifiesta el doctor Paul Knipschild de Holanda,
“cuando miramos a los múltiples diagnósticos y
terapias que no son parte de la medicina orto-
doxa” 1 y que se emplean ampliamente en la me-
dicina contemporánea tradicional. De ahí que
ahora se use, al igual que en el título de esta pre-
sentación, la denominación medicina complemen-
taria y alternativa como estándar para referirse a
todas estas prácticas médicas.
La segunda es que, al igual que en las prácti-
cas diagnósticas y terapéuticas de la medicina
convencional (también denominada ortodoxa),
existe la necesidad de establecer rigurosamente
la efectividad de las intervenciones de la medici-
na complementaria y alternativa sobre la salud de
los pacientes. Esto sumergido en un contexto de
comercialización abierta por televisión e inter-
net en el cual se han visto intensamente envuel-
tas. Por ello es importante abordar estos temas y
analizar estrategias que faciliten la incorporación
de la medicina complementaria o alternativa efec-
tiva a la practica médica en los servicios de salud
de las instituciones de seguridad social.
En este artículo exploraremos brevemente
tres aspectos: la visión de la medicina occidental
sobre la medicina complementaria y alternativa; la
visión de ésta sobre el futuro de la medicina y
el espacio que tiene en la prestación de servi-
cios de salud dentro de la seguridad social.
Visión de la medicina occidental sobre la medicina complementaria y alternativa
En la literatura médica existe suficiente eviden-
cia de una mayor aceptación de la medicina com-
plementaria y alternativa en la práctica diaria de
los médicos. Sin embargo, es posible observar
dos corrientes que generan la dinámica en este
campo: por una parte, es clara la mayor disposi-
ción entre los médicos a conocer y utilizar al-
gunas prácticas de dicha variante, pero al mismo
tiempo existe gran escepticismo acerca de la efi-
cacia y efectividad de casi todos los tratamientos
específicos o modalidades, así como de guías que
asistan a los médicos para la integración de la
medicina convencional y las terapias de la me-
dicina complementaria y alternativa.2,3
En este sentido, en diferentes países se han
hecho esfuerzos por desarrollar estrategias para
vincular una y otra. Paradójicamente se ha en-
contrado resistencia de parte de los proveedores
de la medicina complementaria y alternativa, pues
dudan de las intenciones de los médicos con-
vencionales. Esto también se ha visto reflejado
en la actitud de los pacientes, quienes tienden a
no informar al médico convencional de las tera-
pias alternativas que utilizan, particularmente en
el manejo del dolor
De la revisión de la literatura podemos con-
cluir que la visión de la medicina convencional
es que los pacientes que soliciten consejo sobre el
uso y la integración de las modalidades de la medi-
cina complementaria y alternativa como parte de
su atención médica, deben ser evaluados inicial-
mente por su médico. La responsabilidad del
médico será entonces evaluar la idoneidad del uso,
mantener contacto y monitorear los resultados.
La referencia a cualquier modalidad de la medici-
na complementaria y alternativa debe estar basada
en la seguridad del método en cuestión, en el cono-
cimiento sobre sus indicaciones y contraindica-
ciones, y en un diálogo abierto con el terapista
específico de medicina complementaria y alternativa.
Esta posición se basa fundamentalmente en
tratar de responder a las expectativas de los pa-
cientes y sus necesidades y al mismo tiempo de
mantener estándares aceptados de una práctica
médica y científica.
Un ejemplo es la reciente desregulación de al-
gunas medicinas sólo entregadas a través de receta
médica y el establecimiento de una línea telefó-
nica de ayuda para promover la autoatención en
el Reino Unido. Sin embargo, en un estudio para
evaluar esta experiencia se concluyó que a pesar
de la disponibilidad de diversas terapias y de los
cambios de política para favorecer el autotrata-
miento, los pacientes aún se encuentran inhibidos
para dar a conocer el uso de esta modalidad de
tratamiento, aunado a la percepción que tienen
sobre la legitimidad del autotratamiento. 4 El au-
tor de esta evaluación enlaza sus hallazgos con las
conclusiones de Cant y Sharma, quienes refieren
que a pesar de la pluralización de proveedores legí-
timos de servicios de salud y la reevaluación de la
experiencia, la biomedicina sigue siendo domi-
nante.5
Una situación peculiar se ha observado en el
uso de modalidades de medicina complementa-
ria y alternativa por parte de los médicos japo-
neses, sobre todo en los hospitales privados
donde se prescribe la medicina herbal china
(kampo). Teramoto al analizar esta cuestión ar-
gumentó 6 que más allá de las bases físicas y fisio-
lógicas, existe un componente cultural en la
prescripción de la medicina complementaria y
alternativa con diferencia en las percepciones de
los médicos entrenados bajo una visión de la
medicina occidental.
Wetzel y Eisenberg, de la escuela de medici-
na de Harvard, comentan la necesidad de que
las terapias de medicina complementaria y al-
ternativa efectivas sean incluidas en el currículo
académico desde los años preclínicos, durante la
residencia y como parte de la educación médica
continua. El propósito de esta estrategia es que
los médicos puedan ofrecer a los pacientes el
rango completo de terapias alopáticas y com-
plementarias, y ayuden a sus pacientes a man-
tener una salud óptima a través de una medicina
incluyente.
Visión de la medicina complementaria y alternativa acerca del futuro de la medicina
Las modalidades de la medicina complementa-
ria y alternativa son bastante populares en todo
el mundo. De hecho, en Estados Unidos de
América se ha creado una nueva división para
tratar este tema en los Institutos de Salud. Este
interés ha generado que la comunidad de prac-
ticantes de dichas modalidades esté cada vez más
interesada en llevar a cabo estudios que susten-
ten la eficacia de sus intervenciones. Esto repre-
senta un gran hito: lo que antes era cuestión de
creer o no creer, ahora demanda evidencia. En
el pasado, la dedicación con intensidad y obte-
ner éxitos y pruebas positivas de los efectos
dominaba la literatura dentro de este terreno y
se eliminaban todas las evidencias negativas. Re-
cientemente la situación ha cambiado y, aun-
que en pequeña escala, un grupo de instituciones
en Europa inició la investigación clínica sobre
las modalidades de medicina complementaria y
alternativa. Uno de los pioneros es Edzard Ernst,
doctor y profesor de medicina de rehabilitación,
quien ha desarrollado un gran trabajo en la Uni-
versidad de Exeter, Reino Unido, donde esta-
bleció un instituto sobre medicina
complementaria y alternativa y fijó la posi-
ción europea sobre la misma. Para empezar,
elaboró estudios y publicaciones sobre la eviden-
cia existente en cerca de 64 formas de medici-
na complementaria y alternativa (iridología,
reflexología, gingseng, etcétera).8
Al analizar esta literatura se puede identifi-
car que las publicaciones tienden a dar una vi-
sión positiva de la medicina complementaria y
alternativa a pesar de la falta de evidencia. Por
ejemplo, es común que no se diga que cierta te-
rapia no funciona sino que se requiere informa-
ción más confiable. 7,9 Esto no significa que no
se haya avanzado en el proceso de evaluación
de la eficacia y efectividad de estas modalida-
des, sino que aún falta camino por recorrer.
En una publicación reciente, Kelner presen-
ta los resultados del examen de las visiones de
diferentes grupos de medicina complementaria
y alternativa sobre la necesidad de demostrar la
efectividad, seguridad y costo-efectividad de sus
terapias. 10 Reporta que existen diferencias muy
importantes en las visiones de los tres grupos
de entrevistados en su estudio: los quiroprácticos
estaban de acuerdo en que era esencial proveer
evidencia científica de la efectividad, seguridad
y costo-efectividad de sus intervenciones; los
homeópatas estaban divididos en sus opinio-
nes; finalmente, el grupo de Reiki no mostró
interés en llevar a cabo este tipo de investiga-
ción. Al parecer, los grupos más organizados de
medicina complementaria y alternativa, sobre
todo los formalmente organizados, son más afi-
nes a reconocer la importancia de la investigación
científica sobre sus prácticas y terapias
Medicina complementaria y alternativa dentro de los servicios de salud de la seguridad social
El uso de las terapias de la medicina comple-
mentaria y alternativa ha sido muy limitado en
la seguridad social de América Latina, mientras
que en los sistemas europeos ha recibido más
difusión. Estas terapias han llenado espacios
como el manejo del dolor, uno de los proble-
mas más comunes en los pacientes crónicos, que
poco a poco se convierten en el grupo princi-
pal de recepción de servicios de atención a la
salud. En Estados Unidos, 42 % de los adultos
reporta experimentar algún tipo de dolor y 89 %
indica experimentar dolor al menos una vez por
mes. En un estudio reciente, Vallerand señala que
los pacientes frecuentemente utilizan terapias de
medicina complementaria y alternativa en com-
binación con tratamientos convencionales sin
informar a los prestadores de servicios de salud que
lo están haciendo. 11 Esto puede tener una serie de
consecuencias no deseables, pues es bien sabido
que a mayor número de medicamentos y pro-
ductos herbales o suplementos tome el paciente,
mayor la posibilidad de interacciones medica-
mentosas.
Otro aspecto interesante que reporta Vallerand
es el efecto de la derechohabiencia sobre la utili-
zación de terapias de medicina complementaria
y alternativa. Los grupos suburbanos mencio-
nan mayor utilización comparados con grupos
urbanos o rurales. Dado que en Estados Unidos
este tipo de terapias no están cubiertas por los
seguros, la diferencia se puede explicar en parte
por el mayor ingreso disponible en los hogares
suburbanos, que tienen la capacidad de pago de
bolsillo.
Si tratáramos de extrapolar lo antes descrito
a nuestros sistemas de seguridad social, veríamos
estos posibles efectos negativos magnificados.
Además, en las situaciones de presión económi-
ca que enfrentamos es importante buscar alter-
nativas costo-efectivas que nos permitan cumplir
con la misión de cubrir a las poblaciones dere-
chohabientes con servicios de calidad. Es necesa-
rio entonces establecer políticas institucionales
que fomenten los siguientes aspectos:
1. La inclusión en el currículo de pregrado,
posgrado y educación continua de las escue-
las de medicina, de las terapias de la medici-
na complementaria y alternativa.
2. La incorporación de las terapias de medicina
complementaria y alternativa probadamente
efectivas en los servicios de salud (con estu-
dios científicos rigurosos).
3. El establecimiento de mecanismos para que
dichas terapias sean introducidas dentro de
la práctica de la medicina convencional, con
el entrenamiento adecuado de los prestadores
de servicios de salud.
4. La necesidad de convencer a la población
usuaria de informar a sus médicos sobre la
utilización de terapias de medicina comple-
mentaria y alternativa en combinación con
los tratamientos convencionales
En el futuro seguramente se profundizará en
cada uno de estos aspectos y esperamos que esto
despierte en nuestras instituciones, el interés ge-
nuino que el campo de la medicina complemen-
taria y alternativa merece.
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